Día 32. Último día en Guinea Ecuatorial

Último día en Guinea. Hoy dormimos más que en todo el mes que llevamos aquí. No desayunamos hasta las 9:30, todo un récord. Nos preparamos una pequeña mochila por si podemos darnos un baño en una playa de la ciudad. Hoy nos lleva de tour Reginaldo, un familiar de Crisanto. Comenzamos con la visita a una playa de arena blanca con una islita llena de naturaleza. Nos hicimos fotos con un paisaje maravilloso allí. Aunque la intención era bañarnos, había que pagar y decidimos no hacerlo. Hacia viento y ya habíamos disfrutado de las vistas. Además Regionaldo propuso un plan alternativo. 








Nos dirigimos entonces al rancho, un lugar rodeado de naturaleza con animales para visitar, la verdad que esto no nos hizo mucha gracia. No nos gusta ver animales en otro sitio que no sea en su hábitat natural y con todo el espacio que se merecen. 


No estuvimos mucho tiempo allí y nos fuimos a comer al Hotel Anda China. Pudimos comer se buffet y en general todo muy rico. Reginaldo nos invitó, es adorable. En compensación tuvimos un detalle muy español con el, le regalamos dos botellas de vino.

La tarde nos la pasamos en el paseo marítimo, paseando al principio y después sentados en circulo. La idea era hacer asamblea para que todos aportaramos ideas con el fin de mejorar la labor de EducaGuinea y conocer los pros y contras de la experiencia. Hasta ahí todas las palabras salían de la cabeza y el protagonista era la razón. 

Pero el momento mágico llegó cuando cada uno reflexiono sobre lo vivido. El corazón empezó a hablar y las palabras felices, gracias, o equipo salían de todos nosotros. Se generó un ambiente de confianza y complicidad, que acabo con lágrimas de la mayoría. Lagrimas de felicidad y orgullo por lo vivido y por lo que hemos intentado hacer. Ha sido una experiencia para todos espectacular que ha cambiado además nuestra forma de ver la vida y lo que realmente importa. Hemos aprendido que cada uno puede aportar algo para crear un mundo mejor, y aunque no venimos a salvar el mundo, si sentimos que hemos cambiado al menos durante este mes la vida de muchas personas (sobre todo niños y jóvenes). Estamos convencidos que la educación es lo más importante y que apostando por ella, apostamos por un futuro mejor para la que es ya nuestra familia guineana. Para compensar las lágrimas, acabamos poniendo el altavoz a todo volumen y nos pusimos a bailar canciones de este país que nos han acompañado en todo el viaje. Hemos hecho hasta una batalla de baile, como hacen nuestros niños. Los que pasan nos miran. Esta claro que aunque no bailemos como ellos, saben que estamos disfrutando del momento y que existe un halo de felicidad que no se puede ocultar. 

Para finalizar el día nos vamos a cenar al restaurante de Reginaldo, que además está cerca de casa. Nos acompaña Isabel, una chica de Mebere que está estudiando en Malabo y que otros años ha ayudado a la asociación muchísimo. Es un encanto de niña y está centrada en sus estudios para luchar por un futuro mejor.





Llegamos a casa y algunos intentamos dormir. A las 2:30 nos recogen para ir al aeropuerto a facturar y coger ya si nuestro vuelo hacia casa. Sabemos que será una noche difícil porque aquí no es fácil el trámite de subir a un avión. Aún así estamos preparados para lo que venga, siempre trabajando en equipo y teniendo claro que nadie se queda atrás.

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