Día 30. Despedida y sorpresa

 Último día en nuestro pueblo Mebere. Empezamos con una misa del padre Crisanto muy emotiva. Nos dedican unas palabras de agradecimiento y recibimos el aplauso y el cariño de los que están en la iglesia. Todos acabamos con lágrimas en los ojos porque sabemos que son nuestras últimas horas aquí, al menos este año. Nos abrazamos fuera y los niños y mayores nos acompañan hasta la casa donde comemos siempre. 

Nos montamos en los coches y, previo paso por Oyala para recoger a Resu y Sky, vamos a Egordurun, un pueblecito pequeño cerca de Mebere. Se celebra San Ignacio y hay misa. Sólo vamos un ratito para verlo y pasear, pues queremos volver pronto a Mebere que el padre Crisanto nos ha preparado paella.




Terminamos de comer y nos vemos a ver el partido que juega Mebere en el pueblo. El otro equipo viene acompañado de muchos animadores, pero nosotros gritamos más. Hemos perdido 1-2, casi como siempre, pero hemos disfrutado juntos. Le damos un abrazo de consuelo y nos dirigimos de nuevo al patio del padre Crisanto. 



Aprovechamos entonces para echar la tarde cada uno con quién quiera y como quiere, saboreando los últimos momentos con ellos. Nos quedan dos días más en Guinea y vamos a la capital de Malabo, pero para nosotros la aventura real termina y toca despedirse de la familia que tanto nos ha cuidado aquí. 

Nuestra forma de pensar ha cambiado y con eso nuestra vida, somos conscientes de ello. Todos reflexionamos sobre lo que hemos vivido, a veces solos y otras veces entre nosotros. Nada es como imaginábamos, por mucho que nos hubieran contado. Sin ninguna duda hemos sido muy felices aquí y tenemos ya una segunda casa en este rincón de África.


La despedida es indescriptible. Llena de emoción y muy larga porque no nos queremos ir. Nos subimos en los coches, casi todos en la parte descubierta para ver las estrellas y observar por última vez el pueblo de Mebere. Es un momento inolvidable que se quedará en nuestra memoria para siempre. Además, nos acompaña una visión de la Vía Láctea espectacular.

Hace tiempo dijimos en el blog que teníamos que desvelar algo, y que el día 19 de julio fue muy importante para nosotros. Veníamos con una misión que no sabíamos si se iba a conseguir, y aunque todavía queda mucho trabajo para llegar hasta este pequeño sueño que teniamos juntos, nos gustaría contaros que vamos a intentar traer a España para que tengan una oportunidad de recibir una formación de calidad para el futuro a nuestros queridos hermanos Jordi e Iván. Son personas increíbles y se merecen una oportunidad de conseguir un futuro mejor para ellos y su familia. Estamos muy ilusionados con este proyecto y recibirlos en casa para devolverles todo lo que ellos nos han dado. Para ello, el día 19 tuvimos que hablar con la familia, todos juntos, así se toman las decisiones aquí. Fue un momento mágico y desde entonces solo pensamos en el momento que los recibamos en España con miles de abrazos, besos y cariño.




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